Olocuilta

Olocuilta es un municipio del departamento de La Paz en El Salvador. Limita al norte con Santo Tomás y Santiago Texacuangos (departamento de San Salvador), al sur con San Luis Talpa y La Libertad, al este con San Juan Talpa, Cuyultitán y San Francisco Chinameca, al oeste con Panchimalco (departamento de San Salvador).

Olocuilta, La Paz, El Salvador

Historia

Su nombre proviene del nahuat Ulucuilta significa Ciudad de los Olotes Pintados, Lugar del gusano medidor, Gusano de Olote, Zorro multiculor, proviene de las raíces Olocuili=gusano medidor, Olot=olote, Cuiloa=pintar, manchar, Co=lugar.

Olocuilta es una de las poblaciones más antiguas de El Salvador, pues fue fundada y habitada en los tiempos indianos por tribus “Yaquis” o “Pipiles”.

En 1550 tenía unos 1,500 habitantes. El 12 de mayo de 1586 pasó por Olocuilta el padre Fray Alonso Ponce, Comisario de la Orden de San Francisco, quien califica a esta población de “buen pueblo”. Había por aquellos pueblos dice la “Relación Breve y Verdadera” gran hambre, y para remediarla algún tanto comían los indios de unas hormigas grandes que hay en aquella tierra, las cuales vio el padre Comisario, aquella madrugada en Tetzacuango (Santo Tomás), y que andaban los indios con lumbre a caza de ellas para comerlas y venderlas en los Tiangues.

Según el Alcalde mayor de San Salvador don Manuel de Gálvez Corral, San Juan Olocuilta estaba habitada en 1740 por 315 indios tributarios (unas 1,575 personas) y 130 mulatos o ladinos, con cuyos vecinos se habían formado una compañía de soldados para la guarda y vigilancia de la costa.

En 1770, época de la visita canónica de Monseñor Pedro Cortés y Larraz, Olocuilta era cabecera del curato de su mismo nombre, con los pueblos anejos de San Juan Talpa y Santa Catarina Cuyultitán. La población total del curato era alrededor de 3,800 habitantes y sólo en la cabecera habitaban más de 2,000.

A pesar de ser Olocuilta una población de importancia, no había escuela; pero sus habitantes hablaban el castellano, “aunque por accidente dijo a su Señoría el Cura Párroco don Manuel Antonio de Andonaeguí, se oye hablar en el primitivo idioma, que es el mexicano (nauta).

Este curato servía la parroquia desde 1762 ó 1763 y el señor arzobispo lo describe como “hombre vano, satisfecho y poco cuidadoso de su oficio”. Contra él, agrega Cortés y Larraz, “dieron memoriales (quejas) algunos principales del pueblo, que fueron como cuatro y en asuntos de la mayor consideración, pues entre ellos eran: haber dejado de dar los Sacramentos a cuatro (personas) en el artículo de la muerte, por estar en una hacienda; y haberse ausentado en tiempo de la Cuaresma a la ciudad de San Salvador, en donde permaneció muchos meses, sin haber dejado coadjutor, ni quien asistiera a la Parroquia.

El Ilmo. Arzobispo agotó los medios para comprobar los cargos, pero le fue imposible lograrlo, ya que todos los testigos daban respuestas falsas sugeridas por el cura Andonaegui, quien previamente hizo salir del pueblo a los autores de los memoriales.

Un suceso de importancia eclesiástica tuvo efecto en la Iglesia parroquial de Olocuilta el 16 de abril de 1767, pues en tal fecha fue ordenado sacerdote, el prócer de la Independencia Nacional Presbítero Nicolás Aguilar.

En 1786 se creó la Intendencia de San Salvador y uno de sus quince partidos fue el de Olocuilta, que además de la cabecera, comprendía los pueblos de Cuyultitán, San Antonio Mazahuat, San Francisco Chinameca, San Juan Tepezontes, San Miguel Tepezontes, San Pedro Mazahuat, San Juan Talpa, así como las aldeas El Rosario, San Luis Talpa y Analquito (Santa Cruz, hoy pueblo del Departamento de Cuzcatlán).

Según el intendente don Antonio Gutiérrez y Ulloa, en 1807 habitaban en el partido de Olocuilta: 88 españoles, 6,555 indios y 2,131 mulatos o ladinos, y aunque no indica la población relativa al pueblo de Olocuilta, apunta que sus vecinos se distinguen “en la fabricación de sombreros de palma, cestillas de todos colores y tejidos regulares de algodón, con cuyo comercio en lo interior de esta Provincia y la de Comayagua se proveen y adquieren lo necesario”.

El 11 de octubre de 1809 fue nombrado don Julián Romero teniente subdelegado en el partido de Olocuilta, y por esta época, el presbítero Serapio Sánchez era el cura párroco.

Don Guillermo Dawson dice que “Obtuvo el título de villa en 1852”, pero no hay ningún documento justificativo al respecto, pues en el Decreto Legislativo de 21 de febrero de ese año, que creó el departamento de La Paz, no se hace la menor alusión.

Un autor más antiguo y autorizado, el presbítero Isidro Menéndez, dice: “De la vida de Olocuilta no se encuentra ninguna disposición de cuando fue erigida en tal”, pero sí, ya gozaba de este rango desde mucho antes de 1854, año en que escribió esa frase el autor indicado, lo que pone de manifiesto que su titulación de villa ocurrió en los principios de la Época Federal, por 1824.

El 27 de febrero de 1833, entre esta villa y la hacienda Comalapa, el indio Anastasio Aquino derrotó a un destacamento de fuerzas gobiernistas mandando por el Mayor Cruz Cuellar y el Coronel José Antonio Parada. Olocuilta perteneció de 1824 (12 de junio) a 1835 (22 de mayo) al Departamento de San Salvador; de 1835 (22 de mayo) a 1836 (9 de marzo) al Departamento de Cuzcatlán; y de 1836 (9 de marzo) a 1839 (19 de marzo) al Distrito Federal.

La Villa de Olocuilta perteneció de 1839 (19 de marzo) a 1842 (5 de abril) al Departamento de La Paz; de 1842 (5 de abril) a 1845 al departamento de San Salvador; de 1845 a 1847 (15 de marzo) al Departamento de La Paz; y de 1847 (15 de marzo) a 1852 (21 de febrero) al Departamento de San Salvador. A partir de esta última fecha ha sido población del Departamento de La Paz.

Por Ley de 15 de marzo de 1847, se anexó a su distrito el pueblo de Santiago Nonualco y por Ley del día siguiente, se erigió en pueblo la aldea de El Rosario, de su jurisdicción.

El primero de estos pueblos se reincorporó en el distrito de Zacatecoluca por Ley del 6 de marzo de 1854.

En un informe estadístico de Olocuilta, de 28 de abril de 1859, se consigna que su población es de 1,472 habitantes, alojados en 60 casas de teja y 323 de paja, y que sus dos edificios más grandes son la Iglesia y el Cabildo.

Por el año de 1860 ó 1861, se suprimió en Olocuilta el Juzgado de 1º de Instancia, que funcionó durante un lapso considerable; pero por Ley del 24 de febrero de 1874, en vista que una sola judicatura, la de Zacatecoluca, no podía atender 22 municipios, se erigió nuevamente Olocuilta en distrito judicial. En 1890 tenía 3,170 habitantes.

No se ha podido encontrar el documento por el cual la villa de Olocuilta fue ascendida a la categoría de ciudad; pero este suceso debió acaecer después de 1914, pues el Doctor Santiago Ignacio Barberena, en sus “Monografías Departamentales”, le da el título de villa.

Administración

Para su administración Olocuilta se encuentra dividido en 11 cantones y 43 caseríos. Siendo sus cantones:

  1. Cupinco
  2. Jayuca
  3. Joyas de Girón
  4. La Esperanza
  5. Planes de las Delicias
  6. San Antonio Girón
  7. San José Buenavista
  8. San Sebastián
  9. Santa Fe
  10. Santo Tomás
  11. Valle Nuevo

Cultura

Las fiestas patronales de Olocuilta se celebran del 19 al 25 de junio en honor a San Juan Bautista.

Turismo

Algunos lugares recomendados a visitar en este municipio son el río Comalapa y el ¨Pupusódromo¨, donde se puede degustar las pupusas, platillo tradicional salvadoreño.

Otros datos de interés

Olocuilta tiene una extensión territorial de 89.68 kilómetros cuadrados, tiene una población de más de 30 mil habitantes y se encuentra a 500 metros de altura sobre el nivel del mar.

Posee el título de Ciudad, concedido en 1914 y se encuentra a una distancia de 22 kilómetros de San Salvador.


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