El departamento de Sonsonate se encuentra ubicado en la zona occidental de El Salvador; su nombre se derivada del nahuat centzontliat, y quiere decir “muchos ríos”, aunque algunos la traducen como “río grande”. Izalco, una de las ciudades con mayor tradición, era durante la época colonial el núcleo indígena más importante del país, debido a su densa población de cacao y a su cercanía con el puerto de Acajutla.
Entre los atractivos geográficos de Sonsonate se encuentra el volcán de Izalco, con una altura de 1870 metros sobre el nivel del mar, al que los antiguos navegantes llamaron el “Faro del Pacífico” por sus constantes erupciones que les servían para guiarse en el mar. Como departamento se encuentra divido en tres ciudades: Sonsonate cabecera; Nahuizalco y Acajutla, y cuatro pueblos: Santo Domingo de Guzmán, Nahulingo, Sonzacate y San Antonio del Monte.
Su extensión territorial es de 1,225 metros cuadrados. La “Ciudad de los cocos” era en 1552 una villa llamada del Espíritu Santo y estaba situada a orillas del río Sensunapán, lugar de donde fue trasladada hacia la villa de la Santísima Trinidad.
El título de ciudad lo obtuvo el 1 de abril de 1824. Está situado a 64 kilómetros de distancia de la capital y está dividida en 112 cantones y en 52 caseríos.
Municipios de Sonsonate
- Acajutla
- Armenia
- Caluco
- Cuisnahuat
- Izalco
- Juayúa
- Nahuizalco
- Nahulingo
- Salcoatitán
- San Antonio del Monte
- San Julián
- Santa Catarina Masahuat
- Santa Isabel Ishuatán
- Santo Domingo Guzmán
- Sonsonate
- Sonzacate
Historia
Por 1552, siendo alcalde mayor de Acajutla don Gonzalo de Alvarado, a instancias de don Antonio Rodríguez se obtuvo autorización para poblar una villa de españoles, con apariencia urbana con la denominación “Villa del Espíritu Santo”.
A partir de entonces, el departamento ha tenido varios nombres, entre los que figuran Villa de la Santísima Trinidad (1553), Zonzonate (1571), Cenzonatl (1576), Zonzonate (1586), Zonzonatle (1594),
Zenzontlat (1806) y Sonsonate (1853-1859). Tres siglos después, el 1 de abril de 1823 obtuvo el título de Ciudad, y el 12 de junio de ese mismo año se denomina la cabecera con el mismo nombre del departamento.
Sonsonate significa unos cien ríos o riachuelos, o lugar abundante de agua, por provenir de las raíces tzentsum, cenzum: innumerables, muchos, cuatrocientos; a, at: agua, río, riachuelo.
También se le conoce como “Ciudad de los cocoteros” porque en décadas anteriores abundaban las palmeras en el departamento. Una de las ciudades con mayor tradición durante la época colonial fue Izalco, por ser el núcleo indígena más importante del país debido a su densa población, a su abundancia de cacao y a su cercanía con el puerto de Acajutla.
Escudo de Sonsonate
Durante un concurso organizado en 1943 por la municipalidad se declaró ganador y creador del Escudo al señor José Adán Escobar. El pintor Filemón Mejía dotó al emblema cívico de colores sobresalientes.
Los colores azul y blanco en la parte superior representan El Salvador. El rojo transmite la sangre derramada en las batallas de Acaxual y Tacuxcalco entre aborígenes de esta tierra y españoles que pretendían conquistarla.
En la parte inferior destaca la figura de Atonal y la antorcha de la parte superior denota la guía y la libertad.
Hay tres círculos concéntricos que simulan una brújula que nos señala el norte que se traduce como progreso. La figura del volcán de Izalco, conocido como “Faro del Pacífico”, también está contemplado en el emblema del departamento. Otro elemento es el mar que baña las costas de Sonsonate en el litoral pacífico.
Asimismo se destaca la flecha que el guerrero Atonal se clavó en la pierna del conquistador español Pedro de Alvarado en la batalla de Acajutla y, por último, se encuentran los cocoteros, palmeras que una vez le dieron ese nombre a esta tierra.
Bandera de Sonsonate
La municipalidad, presidida por el alcalde Don Miguel González Delgado, en sesión extraordinaria celebrada el día 29 de enero de 1944, acordó que los colores de la bandera serían verde, que significa las numerosas campiñas, y blanco y azul en veneración de la enseña patria.
Himno del departamento de Sonsonate
Letra: Alfonso Espino
Música: Ciriaco de Jesús Alas
Rasgue el viento la cítara de oro
y al tambor de su ritmo triunfal
de esta hermosa ciudad el decoro
eternice en un himno inmortal. (Bis).
Bella flor de esplendente corola,
que te meces en áureo pensil,
arrullada por mares y frondas
en perenne mañana de abril.
Pues avanzas al ritmo del tiempo,
a los pies del enhiesto volcán,
que te dio la ambición de lo excelso,
bien mereces un himno de Pan.
Escritores
Salarrué
Cuentista, novelista, pintor, escultor, poeta y compositor, cuyo nombre real era Salvador Efraín Salazar Arrué, nació en Sonsonate el 22 de octubre de 1899 y murió en San Salvador el 27 de noviembre de 1975.
Se trasladó a la capital en 1907, donde a partir de 1909 aparecieron prosas suyas en el “Diario del Salvador”.
Aunque su formación literaria fue autodidacta, realizó estudios académicos en el Liceo Salvadoreño, el Instituto Nacional y la Academia de Comercio.
Entre sus libros se encuentran “Cuentos de cipotes”, “El señor de la burbuja”, “O´Yarkandal”, “Remontando el Uluán”, “Cuentos de barro”, “Conjeturas en la penumbra” y “Eso y más”.
Claudia Lars
Nació en Armenia, Sonsonate, el 20 de diciembre de 1899, y murió en San Salvador el 22 de julio de 1974.
Poetisa de exquisita vena lírica, nació con el nombre de Carmen Margarita en el hogar formado por el ingeniero estadounidense, de origen irlandés, Peter Patrick Brannon y por Carmen Vega Zelayandía.
Fue educada en su casa por una maestra particular y luego estudió en el Colegio de la Asunción, en Santa Ana.
Sus obras más importantes son “Donde llegan los pasos”, “Escuela de pájaros”, “Fábula de una verdad”, “Tierra de infancia”, “Girasol”, “Sobre el ángel y el hombre”, “Del fino amanecer” y “Nuestro pulsante mundo”.
Carlos Arturo Imendia
Nació en Sonsonate el 5 de mayo de 1864 y falleció en Ahuachapán el 30 de noviembre de 1904.
Bachiller del Colegio de Guadalupe, fundó y dirigió el Liceo San Agustín en Sonsonate y desempeñó cargos administrativos en el Ministerio de Instrucción Pública en San Salvador.
Se desempeñó como redactor del periódico “La Palmera” (Sonsonate, 1892), e integró la sociedad científico-literaria “La Juventud” (1881) y la Academia de Ciencias y Bellas Artes (1888).
Textos poéticos suyos fueron publicados por revistas neoyorquinas, guatemaltecas y costarricenses, al igual que por los órganos nacionales “La juventud salvadoreña”, “Diario del Salvador”, “El porvenir de Centro América” y otros.
Leyendas de Sonsonate
La cuyancúa
La cuyancúa, mitad culebra y mitad cerdo, sale por los cañales de San Ramón, donde canta cuando va a haber temporal. Ella anuncia la llovedera.
Dicen que son bastantes, no sólo es una, y cuando se engrifa todo el pelo es lo que hace la bulla. Quién sabe cómo apareció. Eso es cosa de encanto…
Bululú
Se afirmaba en tiempos pasados que la poza llamada “Bululú” era encantada y se hablaba con insistencia que ahí aparecía un huacal de oro que contenía un paste lleno de brillantes y un jabón plateado. El que osaba cogerlo era burlado por el objeto aparecido, sumergiéndose para salir a flote en otro lugar de la poza, y si por desgracia lograba un humano tomarlo, se hundía juntamente con el huacal para nunca más volver.
Bailes típicos
Sonsonate es uno de los departamentos más ricos en danzas tradicionales en El Salvador; aunque la mayoría de ellas se representan (o se bailan) durante las fiestas de fin de año y de año nuevo. Conoce algunas.
El baile de la vaca
Se celebra el 24 y 25 de diciembre en Juayúa. Lo representa un grupo de hombres y uno de ellos carga un enrejado de madera; los demás integrantes se dividen en dos filas, unos vestidos de mujeres y otros con traje corriente. Todos portan lazos para la captura de la vaca. Bailan al compás de música de cuerdas.
Los diablitos
Esta danza se representa durante las celebraciones de Navidad, así como el 5 y el 6 de enero en Salcoatitlán. El grupo de danzantes está integrado por trece miembros, que van disfrazados de diablos con una especie de pantalón (camisa de una sola pieza roja y una larga cola negra). Todos llevan máscaras con cuernos, un tridente de madera y pañuelos de seda. Bailan y cantan música navideña, acompañados por un conjunto de cuerdas.
Los pastores
Tiene lugar el 6 de enero en las ciudades de Ataco y Nahuizalco. En ella se representan paisajes bíblicos sobre el nacimiento de Jesucristo. Los danzantes visten trajes de telas brillantes, se adornan la cabeza con pluman y van sonan-do morritos llenos con piedras o semillas. Pero también los acompaña música de cuerdas y carapachos de tortugas.
El baile del zope
Se exhibe durante las celebraciones navideñas en Juayúa y Salcoatitlán el 24 y el 25 de diciembre. El disfraz de zope está hecho con armazón de madera forrada con petate. El zope baila cuando lo invitan otros personajes disfrazados con máscaras y trajes de viejos. Lo acompañan un conjunto de guitarra, mandolinas y contrabajo.
El traje típico de las Nahuizalqueñas
En Nahuizalco, las señoras ancianas y las de mediana edad usan un traje como el de las izalqueñas, pero que difiere en algunos detalles, aunque no por eso es menos hermoso y llamativo. La vestimenta consiste en dos piezas: falda y blusa, que adornan con trencillas de colores contrastantes o encaje angosto de color blanco.
Para la falda también utilizan el refajo.
Se diferencia de las mujeres de Izalco en que las de Nahuizalco no utilizan faja ni otro implemento para asegurarlo.
El calzado casi no lo usan; sin embargo, algunas han ido adquiriendo las sandalias de plástico.
Fiestas en los municipios de Sonsonate
- Sonsonate, cabecera departamental, del 25 de enero al 5 de febrero, en honor de la Virgen de Candelaria.
- Acajutla, del 22 al 23 de mayo, en honor de la Santísima Trinidad.
- Salcoatitlán, del 7 al 14 de noviembre, en honor de San Miguel Arcángel.
- Santo Domingo de Guzmán, del 1 al 4 de agosto, en honor de Santo Domingo de Guzmán.
- Juayúa, del 8 al 15 de enero, en honor del Cristo Negro.
- Izalco, del 3 al 8 de diciembre, en honor de la Inmaculado Virgen de Concepción.
- San Julián, del 22 al 28 de enero, en honor de San Julián.
- Nahuizalco, del 19 al 25, en honor de San Juan Bautista.
- Caluco, del 23 al 29 de junio, en honor de San Pedro Apóstol.
- Nahulingo, del 23 al 27 de julio, en honor de Santiago Apóstol.
- San Antonio del Monte, del 22 al 26 de agosto, en honor de San Antonio.
- Armenia, del 20 al 25 de noviembre, en honor de Santa Teresa.
- Santa Catarina Masahuat, del 23 al 25 de noviembre, en honor de Santa Catarina.
- Cuisnahuat, del 23 al 28 de noviembre, en honor de San Lucas.
- Santa Isabel Ishuatán, del 28 al 30 de noviembre, en honor de Santa Isabel.
Artesanías
Se estima que los 14 municipios que conforman el departamento de Sonsonate realizan trabajos manuales.
A Nahuizalco se le considera una de las ciudades más importantes en el trabajo de las artesanías. Visitar Nahuizalco es encontrarse con la laboriosidad de sus artesanos. Gracias a ellos, el municipio es un importante centro de producción de muebles de caña de la india, combinada con madera de cedro y de laurel.
A este lugar se suma Santo Domingo de Guzmán, famoso por su alfarería, e Izalco, reconocido por los finos tallados en madera, en especial de imágenes de santos, vírgenes, ángeles y nacimientos.
Algunos pobladores de cantones aledaños aún conservan el arte prehispánico para la elaboración de petates con la cáscara de tule negro en diferentes tejidos, colores y tamaños.
Morro
Desde la época prehispánica los morros han tenido múltiples usos, entre ellos la elaboración de maracas y productos decorativos.
El uso del morro es variado. Con él se elaboran cucharas y huacales para uso doméstico; instrumentos musicales, como las maracas, y artículos de entretenimiento, como capiruchos.
Tule
El tule es una de las fibras que se utilizan en la tejeduría. Hay dos tipos: el tule negro y el tule de agua. El primero tiene forma de prisma alargado y su corteza se usa para el tejido de petates, conocidos también como esteras. Su parte interna, llamada “corazón” o “mecate” se utiliza en la fabricación de monturas, alfombras y otros. El tule de agua tiene su corteza más ancha y sirve para elaborar papeleras, portamacetas, etc.
Barro
Se utiliza en alfarería, céramica, ladrilleras y tejeras. En alfarería fabrican ollas, comales, cántaros, sartenes, porrones y tinajas. Esta técnica se realiza a mano y el producto es terminado con una cocción en horno. Santo Domingo de Guzmán se caracteriza por la producción de comales y ollas.
Los telares
El telar de palancas o pedales, introducido por los españoles, se usaba para tejer telas anchas: colchas, paños, lienzos, mantelería doméstica y litúrgica. Con el telar de cintura o de palitos, que continuó en manos de las mujeres, se hacían los tejidos más angostos, propios para la vestimenta tradicional del indígena.
La cestería
En esta utilizan técnicas de elaboración de tejidos que pueden agruparse en las que se ejecutan por entrelazamiento, las que se hacen enrollando en espiral y la combinación de ambas. Se utilizan como materia prima productos como la palma, la caña, bejucos y cortezas flexibles. Los canastos son otra variedad de la cestería. Se elaboran con vara de castilla y de bambú.
Turismo en Sonsonate
Volcán de Izalco
Es uno de los volcanes más interesantes de El Salvador. Su actividad se conoce desde la época colonial. Al principio solo existía un ausol del que salía un río de hermoso caudal y de agua hirviendo que con el correr de los años se transformó en una depresión de cuyo centro salía humo espeso.
Se podría decir que en 1636 ya era una formación volcánica, aun sin tener la figura de cono que caracteriza a los volcanes, por lo que se cree que formó entre 1576-1636. Desde su formación y por su constante actividad se le dio el nombre de “Faro del Pacífico”, ya que las constantes emanaciones se podían ver desde el Océano Pacífico, lo que servía como señal para los barcos. Ha experimentado periodos de reposo. Su última erupción se registró el 30 de noviembre de 1966.
Chorros de la Calera
Los Chorros de la Calera son las principales caídas de agua de unos veinte metros de altura que se encuentran en Juayúa.
Las aguas son recogidas en dos piscinas de unos quince metros de largo por siete de ancho, de donde siguen su curso por otras caídas pequeñas.
Llegar al lugar es un poco difícil, pues el camino es quebrado y solo es posible en un vehículo de doble tracción o a pie. En el trayecto se disfruta de uno de los mejores climas que aún quedan en el país entre hermosos cafetales. El rumor del agua que cae y corre libre por la cuenca avisa al viajero que ya se encuentra cerca de los chorros y las ansias de darse un chapuzón aumentan.
Cerro Verde
El Cerro Verde es el vestigio de un volcán que existió hace un millón de años, cuyos cráteres han sido cubiertos por la abundante vegetación del actual Parque Nacional Cerro Verde, que comparten Santa Ana y Sonsonate.
Cuenta con una extensión de 6930 metros cuadrados, una altitud de 2030 metros sobre el nivel del mar, y posee vegetación verde y húmeda, que permite el desarrollo de todo tipo de árboles y flores.
Atecozol
Fue inaugurado en 1956. Se encuentra ubicado a 58 kilómetros de San Salvador.
Sus aguas provienen de las vertientes subterráneas del volcán de Izalco y brotan para acomodarse en las siete piscinas del balneario. Ahí la vista se recrea con la vegetación en la que predomina un bosque de bálsamo.
Cerro El Águila
El cerro forma parte de la cordillera Apaneca Ilamatepec y tiene gran importancia porque ofrece muchos beneficios para la zona.
La vegetación que se aglutina en la parte alta del cerro evita que se inicie un proceso de erosión y al mismo tiempo provee oxígeno y diversidad de especies de flora y fauna. Entre los árboles que se pueden encontrar en el recinto natural están los llamados culebrón, mano de león, sangre de toro y varias especies de robles y de aguacate.
Se encuentran también orquídeas, ardillas pequeñas, mapaches y ciertas especies de reptiles. El cerro tiene unas 42 manzanas de bosque y es de tipo nebuloso, por ello fue nombrado una de las reservas forestales del país.